Blog

RSS

"Aunque las barbas de tu vecino veas afeitar"

18-03-2020


El año 2020 será recordado por el confinamiento que gran parte de la sociedad está cumpliendo, en aras de un esfuerzo colectivo, permaneciendo en sus hogares. Una medida que no ha sido suficiente para frenar una epidemia contagiosa que va creciendo y que cada vez más gente sufre. Y no hablamos del COVID-19…, sino de la compra compulsiva de papel higiénico en supermercados y otros establecimientos. Y es que los estantes quedan vacíos de este cotizado producto minutos después de que el reponedor o reponedora de turno, con suerte, lleve a cabo su trabajo antes que una marabunta se abalance directamente sobre el palé.


La venta de papel sanitario se ha disparado de manera enloquecida, como en una película postapocalíptica. Nada más lejos de la realidad, los supermercados siguen abiertos y la industria de papel sigue produciendo. O quizás, y para poder entender la situación, la gente ha comenzado a consumir papel higiénico al ritmo de Peter Sellers en la película “El Guateque” (Blake Edwards, 1968).


Ante un supuesto desabastecimiento de papel de baño, ¿cómo llevaríamos a cabo el aseo íntimo? La respuesta la tienen nuestros/as mayores, que crecieron en una época anterior a la democratización del papel de baño.


Las primeras referencias escritas acerca del uso de papel aparecen en China en torno al siglo II d. C. Estos textos corroboran el uso de un papel especial para la higiene personal. Pero el resto de culturas, arraigadas a otros soportes de escritura, no conocían el papel y mucho menos su aplicación al aseo personal. El aseo íntimo, en el caso de sociedades europeas, se llevaba a cabo de diferente manera, dependiendo del estatus social al que se pertenecía. Las clases altas podían disponer de paños de diferentes fibras, mientras que las clases sociales menos favorecidas disponían de los recursos que la naturaleza les proporcionaba, como hojas, piedras o incluso el uso de sus propias manos. Las hojas de los periódicos de papel, al menos en España, eran también una buena solución como papel de aseo hasta mediados del siglo XX. 


La aparición del primer papel higiénico se dio en Norteamérica. Fue Joseph Coyerty en 1857 quien comercializó por primera vez láminas de papel de inodoro. Con el tiempo se fue perfeccionando y es en 1880 cuando los hermanos Scott comenzaron su andadura en la producción de papel Scott Paper (Scottex en Europa) en forma de rollo de papel. A lo largo de estos últimos ciento cincuenta años, el papel ha ido mejorando en todos sus aspectos: mayor suavidad, mayor absorción, etc.


La sociedad española, sin embargo, tuvo que esperar hasta mediados del siglo XX para poder adquirir un rollo de papel higiénico. Entorno a la década de 1950 apareció en los estantes de las tiendas de ultramarinos, entre otras, el primer rollo de papel comercializado en España, el popularmente conocido como papel “el Elefante”. Carecía de un nombre comercial, pero el logotipo de un elefante rojo era suficiente para reconocer el producto: un solo rollo de color marrón, envuelto en un celofán amarillo, que llevaba impreso el logo del elefante, la patente del producto e información del número de usos (400 hojas). Resulta curioso cómo la marca indica este número, cuando el rollo de papel no era excesivamente grande y, además, era continuo, es decir, no incluía rayas de corte. Pero si por algo se recuerda, por encima de todo, es por su textura áspera. Una de sus caras era satinada y la otra mate, esta última la más áspera. Como dice el popular humorista Leo Harlem: “Si eso es papel, un rotulador es una navaja”. Y es que muchas personas recuerdan que el propio papel de periódico tenía una textura más agradable que el propio papel del Elefante.


La empresa que comenzó su fabricación fue Papelera Española, fundada en 1901 en Bilbao, que tuvo durante algunos años el monopolio de su distribución. Posteriormente, en 1974, y tras una fusión de empresas, la factoría Sancel se encargó de su producción hasta la década de los ochenta, cuando cesa su comercialización.


A día de hoy, las grandes superficies, encargadas de la venta de este producto, se están convirtiendo en escenario de vídeos en redes sociales, que muestran avalanchas de clientela en estos días de cuarentena. También, esta ansia de consumo masivo de papel ha obtenido respuesta en los memes que inundan las redes sociales, aportando una nota de humor en estos tiempos tan difíciles.


Autor: Borja Guilló, técnico del Museo Escolar.



¿Quiéres conocer todas nuestras novedades?

¡Suscríbete a nuestra newsletter!


Mecenazgo

Mecenazgo

Multimedia

Multimedia

Multimedia

Colecciones

Premios y reconocimientos



Top